Ciberbullying, el ciber-peligro del siglo XXI

La aparición de las redes sociales y el auge de las nueves tecnologías (TIC’s) ha dado lugar a la aparición del ciberbullying. Además ha causado que los dispositivos estén al alcance de cualquiera, incluyendo los niños. Son muchos los casos en los que se ha violado la intimidad de los niños publicando fotos privadas sin consentimiento o grabando determinadas acciones y transmitiéndoles por Internet sin el pertinente permiso. Promoviendo la aparición del ciberbullying.

El ciberbullying “se define como el uso y difusión de información, real o ficticia, con ánimo lesivo o difamatorio y en formato electrónico. Esta difusión puede realizarse a través de diferentes medios de  comunicación digital como el correo electrónico, la mensajería instantánea, las redes sociales, mensajería de texto a través de dispositivos móviles o la publicación de vídeo o fotografías en plataformas electrónicas de difusión de contenidos.” (INTRECO).

Algunas de las señales que se pueden observar en las víctimas del ciberbullying son:

  • Cambios en el estado de ánimo.
  • Cambios en sus relaciones sociales y/o repentina ausencia de amistades
  • Cambios y síntomas físicos y psicosomáticos
  • Cambios en los hábitos en relación a diferentes ámbitos (en el uso de dispositivos o de Internet)
  • En la asistencia a clase injustificada
  • Cambios extraños en sus relaciones.
  • Variaciones en la relación con los adultos en cuanto a su frecuencia y dependencia.
  • Cambios y síntomas físicos y psicosomáticos:
  • Cambios en su lenguaje corporal ante la presencia de determinadas personas.
  • Dentro de los espacios escolares: cercanía a adultos, miedo a los recreos, ocupación de rincones, paredes y espacios protegidos y controlables visualmente, etc.
  • Manifestaciones de enfermedad o dolencias frecuentes: dolor de cabeza, de estomago, vómito o fiebre.
  • Lesiones físicas frecuentes sin explicación razonable.

Actualmente, el ciberbullying es un tema que preocupa profesionales del ámbito de la educación y de la psicología, a padres y, a los propios menores. Por lo que el papel de la intervención comienza a tomar una gran relevancia.  Se establecen las siguientes pautas de intervención:

  • Establecer unas normas de uso: horarios, cuando se puede utilizarlos diferentes dispositivos, cuando apagarlos, etc. Además de las edades para empezar a utilizar determinados dispositivos.
  • Herramientas de seguridad (antivirus, firewall, etc.) y actualizadas.
  • Contraseñas seguras y diferentes para cada servicio de Internet.
  • Bloqueo de páginas o programas de contenido inapropiado (herramienta de control parental), tener apagada la webcam en todo momento.
  • Cambar la contraseña que viene por defecto en el router.
  • Especial atención en las redes inalámbricas abiertas ya que se puede acceder a la información de todos los ordenadores que estén conectados.
  • Utilizar zonas comunes, especialmente cuando se trata de ordenadores.

Pero, ¿Que tenemos que hacer si estamos ante un caso de cyberbullying? Esta parte va dirigida especialmente a las víctimas.

  • Pedir ayuda. Es importante dirigirse a una persona de confianza. Sobretodo si conoce el tema y como intervenir.,
  • Indiferencia a las provocaciones. El responder ante la provocación no sirve de nada. Al final y al cabo, se le está reforzando la conducta a los abusadores. Con una respuesta calmada y no impulsiva conseguimos no seguir su juego.
  • No hacer presunciones. Actuar sobre una creencias equivocada puede dar lugar a nuevos problemas.
  • Intentar evitar los lugares donde se reciben los ataques. Este es uno de los primeros pasos.
  • Cerrar las puertas. Cuando mas información hay de nosotros en Internet más vulnerables nos hacemos. Por esto, es hora de intentar eliminar y dejar de hacer publica cualquier información sobre nosotros.
  • Configurar los diferentes servicios de seguridad que ofrecen las páginas e Internet, Es importante ejercer nuestro derecho a la protección de datos personales.
  • Ámbito legal. Cuando la diplomacia ya no es una solución viable, algunos casos no se resuelven o no se toman medidas hasta que no se llega a una denuncia. Por eso es importante guardar alguna prueba del acoso y contar con testigos.

La crueldad subyacente al ciberacoso provoca graves daños psicológicos a sus victimas. Esta forma de violencia psicológica provoca tanto daños a largo plazo como a corto plazo. En referencia a las consecuencias a corto plazo se encuentra: el estrés, ansiedad y depresión. Fatiga, perdida de autoestima e insomnio. Temor a ir a clase y bajo rendimiento escolar. Las secuelas a largo plazo son las siguientes: secuelas emocionales, cambios en la personalidad debido al  estrés postraumático, dificultades a la hora de establecer relaciones sociales, sentimientos de soledad, etc.

Toda esta información se ha recogido a partir de diferentes protocolos establecidos, como los que se ofrecen en las páginas de: Pantallas Amigas y Ciberbullying. Por lo que invito a todo aquel que cree estar cerca de una situación de ciberbullying a acudir y ponerse en contacto con profesionales especializados con el tema. La correcta intervención que se realice con los adolescentes, será esencial para promover un buen desarrollo psicológico de las víctimas.

María Isabel Llopis Martínez