LA ASERTIVIDAD, EL ARTE DE DECIR NO.

En el texto anterior hablé de forma general sobre las habilidades sociales sin centrarme en ninguna en particular, comenté qué eran, si eran innatas o si se podían desarrollar, en qué ámbitos de la vida las poníamos en marcha… un acercamiento al concepto podríamos decir.

En esta ocasión en concreto voy a seguir hablando del tema de las habilidades sociales, pero esta vez no desde una perspectiva general y amplia si no centrándome en una de ellas, en la que posiblemente más personas patinamos y una de las que más de moda está hoy en día, a pesar de lo mucho que ya se ha escrito sobre ella. Esta habilidad social a la que me refiero es la asertividad.

Como introducción empezaré definiendo el concepto de ansiedad, aunque a estas alturas la mayoría de las personas nos hacemos una idea más o menos clara de lo que significa.

“La asertividad forma parte de las diversas capacidades a nivel social con las que cuentan las personas, y se engloba dentro del grupo llamado habilidades sociales haciendo referencia a la capacidad de las personas de poder expresarse de forma clara y directa con los demás, diciendo lo que piensan y sienten abiertamente pero sin hacer daño o herir a otras personas”


Para expresarlo desde otra perspectiva, podemos decir que dentro de los diferentes estilos de comunicación que tenemos las personas que son el pasivo, el asertivo y el agresivo, el segundo es el que se engloba en el centro aproximado de un continuo, en el que el estilo pasivo sería la forma más calmada o sumisa de decir las cosas y el agresivo sería la manera más arisca y brusca de comunicación.


Dicho de esta manera tal vez pueda parecer una cosa sencilla, ¿Verdad? Solamente tengo que decir lo que pienso, eso no es un problema. De acuerdo, pero lo problemático aquí no radica solo en que la persona que se quiere comunicar tenga claro lo que piensa u opina en cierta situación, sino que además de este punto que es el más esencial también tiene que encontrar la forma adecuada para decirlo de forma correcta y en concordancia a la situación en concreto ya que no es lo mismo pedirle a tu amigo el coche para el fin de semana, que comentarle a tu jefe que necesitas un día libre para realizar cualquier cosa que necesites.

Además de esto también es fundamental en la asertividad la actitud y todo el lenguaje no verbal que acompaña a tu mensaje, ya que si tú dices lo que piensas, pero lo dices en voz baja con la mirada hacia otro lado, siento decirte que eso no sería asertividad, ya que a pesar de la claridad del mensaje el resto del lenguaje de tu cuerpo no ha sido asertivo.

Como podemos ver este mundo es mucho más complejo de lo que parece y la asertividad es una cualidad que cuesta mucho más de lo que imaginamos poner en práctica, pero es muy efectiva y hace sentir muy positivamente a la persona que se comunica de esta forma, por lo que animo a todo el mundo a que intentemos ser más asertivos en nuestros círculos.