Lucha contra la estigmatización de los trastornos mentales

Una de cada cuatro personas en el mundo tiene un trastorno mental, pero tan solo el 50% de ese 25% solicitará ayuda de algún profesional, a pesar de que el 90% sufre algún tipo de discriminación. El tiempo pasa y seguimos asociando el hecho de ir al psicólogo con locura y debilidad, al tiempo que no dejamos de oír a médicos quejándose del colapso en urgencias, creado en su mayor parte por personas que no necesitan de este servicio, así como de la “hipocondría patológica” sobre la que parece cimentarse esta sociedad actual. Esto me lleva a preguntarme: ¿por qué?

¿Por qué si te escayolan un brazo lo enseñas con orgullo esperando que todo el mundo quiera firmártelo, por qué si te ingresan en el hospital para una operación compartes una foto en todas las redes sociales, por qué si tienes gripe se lo cuentas a la gente con total naturalidad? Y sin embargo… ¿Por qué cuando tienes un problema de salud mental haces todo lo posible para que nadie se entere?

La respuesta a todas estas preguntas puede variar para cada persona, pero al final la base común parece ser la misma: la estigmatización. Este concepto básicamente se define como una serie de cualidades negativas atribuidas a un grupo social calificándolo como inadaptado o inferior. Las consecuencias principalmente son la marginación de los individuos pertenecientes al constructo devaluado, así como un autoconcepto muy negativo por parte de los mismos.

Más de 700 personas de 27 países diferentes con un diagnóstico de esquizofrenia fueron entrevistadas como parte del Estudio Internacional de Discriminación y Estigma (INDIGO), el 72% dijo sentir la necesidad de ocultar su diagnóstico, el 64% afirmó que la anticipación de discriminación les impidió solicitar trabajo, formación o programas de educación y el 55% dijo que dejaron de buscar una relación.

Cambiar todas estas cifras es, sin duda, un proceso largo y lento que no puede lograrse de la noche a la mañana. A largo plazo, para reducir el estigma de los trastornos mentales, el discurso en las áreas afectadas de la sociedad tiene que cambiar: cómo hablamos de los trastornos mentales y cómo actuamos frente a quienes los padecen. Sin embargo, existen al menos tres enfoques reconocidos para combatir el estigma de los trastornos mentales y por los que podemos empezar a poner nuestro “granito de arena”: educación, contacto y protesta.

En lo que a la educación respecta, debemos promover un cambio de mentalidad en la población general en cuanto a las ideas mantenidas sobre los problemas de salud mental. ‘Mind the Mind’ nace precisamente para luchar contra estos prejuicios y falsos mitos que rodean a los trastornos, intentando también eliminar la figura del psicólogo como tema relativamente tabú. Se trata de una campaña creada y organizada por la EFPSA (Federación Europea de Asociaciones de Estudiantes de Psicología) en 2014, que llegó a España en 2015 convirtiéndose, este año, en el país con mayor número de voluntarios: ¡casi 1400! Esta iniciativa se basa en la impartición de talleres en distintos centro educativos por estudiantes voluntarios interesados en luchar contra los porcentajes expuestos al principio de este artículo, todo ello acompañado de vídeos y actividades dinámicas que hagan que los participantes se impliquen en mayor medida.

La educación es el motor principal para que la eliminación de los trastornos funcione. Se considera que el contacto reduce el estigma eliminando los conceptos erróneos sobre los trastornos mentales, lamentablemente, la probabilidad de encuentros se reduce debido a la estigmatización de los mismos. Facilitar los encuentros, apoyándose en la educación, es un medio plausible y eficaz de combatir el estigma.

Resulta alentador ver esta cantidad de estudiantes implicados en un tema tan relevante y con extenso camino a labrar por delante, me gusta pensar en esta época como en una de cambio, en la que la gente grita y lucha por sus derechos de igualdad como individuo, y me gusta pensar que al final lograremos esa igualdad. Aquí es donde debe hacerse paso la protesta. Un problema de salud mental no te define como persona, no pauta quién eres, no debería reglar cómo se tiene que comportar el resto contigo. Un problema de salud mental puede incluso ser algo puntual en un momento de tu vida, algo pasajero y por lo que mucha gente sufre discriminación, haciendo mella en su autoestima como si no fuese bastante duro simplemente sufrirlo. Un problema de salud mental ni siquiera es algo que se decide tener, es algo que te toca, algo contra lo que luchas, y se sabe que en toda batalla se necesita gente en las gradas gritando que confía en ti. Así que sirvamos de flotador para toda la gente que lo necesita, en lugar de intentar hundirles hasta el fondo. 1 de cada 4 personas sufre en algún momento de su vida un trastorno mental, y seguramente tu círculo social sea más amplio.

 

Paloma Gil Pérez-Gorostiaga