LA VERDADERA PANDEMIA

17:04 pm, te encuentras en un tren parado desde hace un rato. Visualizas dos personas, la primera persona se encuentra alterada preguntando a todo el mundo; ¿Qué está ocurriendo? ¿Por qué no se mueve el tren? La persona en cuestión no tiene compromisos después, sin embargo, no consigue calmarse y ver que no tiene ningún tipo de control sobre la situación. La segunda persona se encuentra tranquila, se ha puesto música en sus auriculares nuevos y mira por la ventana porque hace muy buen día. Ahora te hago las siguientes preguntas: ¿Qué persona vivirá más? ¿Y porque la segunda?

Tipos de estrés y procesos biológicos.

El estrés es una respuesta fisiológica del cuerpo ante una situación que consideramos amenazante, es decir, esta situación es subjetiva a la interpretación del individuo. Todos los pensamientos son posibilidades de lo que está ocurriendo en la realidad. Me gusta decir que sentimos lo que pensamos, porque como dijo William James: “Eres tú, con tu forma de hablarte cuando te caes, el que determina si te has caído en un bache o en una tumba”. La respuesta del estrés es adaptativa, positiva y necesaria, pero se puede convertir en el amplificador de una gran cantidad de enfermedades. Existe el estrés a corto plazo en situaciones amenazantes o de peligro, y a largo plazo.

¿Cómo funciona el estrés a corto plazo?

Nuestros antepasados tenían que enfrentarse a gran cantidad de adversidades del medio. Obligados a huir o a luchar, su cuerpo tenía que ser capaz de reaccionar de manera rápida y eficaz. Imagínate que acaba de entrar un ladrón a tu casa y tu organismo se pone en alerta máxima, a esta situación prosigue una activación del eje hipotalámico-hipofisario-adrenal que avisa en la corteza suprarrenal para la liberación de cortisol. Al mismo tiempo, el sistema nervioso simpático se activa en las urgencias e inerva a la glándula suprarrenal para la liberación de noradrenalina y adrenalina. Como consecuencia, el corazón se acelera para llevar el oxígeno y la glucosa rápidamente a todas las células de nuestro cuerpo, las pupilas se dilatan (hay que tener los ojos bien abiertos) y por fin estás preparado para enfrentarte al peligro. No somos conscientes de todos los procesos que ocurren en nuestro cuerpo, porque ocurren en centésimas de segundo, pero para que entiendas que nada en nuestro cuerpo ocurre al azar.

¿Qué pasa si la situación de alerta continua, y se produce estrés a largo plazo?

Nosotros, al vivir en sociedad tenemos de base un nivel de estrés más elevado, comparado al de nuestros antepasados que vivían situaciones puntuales y adaptativas enfocadas a la supervivencia. Alguna vez te habrá pasado que después de un periodo largo de exámenes, trabajo u obligaciones, acabas enfermando. En un primer momento, como he comentado antes, la reacción del cuerpo al estrés produce una activación que nos ayuda a ser funcionales y estimula nuestro sistema inmune. Al prolongarse el estrés ocurre el efecto contrario, dándose dos posibles estados: inmunosuprimido o autoinmune.

En primer lugar, en el estado inmunosuprimido, imagínate que eres el jefe de tu empresa llegas al trabajo como cada día, pero todo el mundo esta enfadado y nadie quiere trabajar. Las citocinas (trabajadores) son parte de la respuesta específica del sistema inmune (empresa) y actúan como proinflamatorias (inflaman de problemas al jefe). Estas células pueden activar el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal (sindicato), incrementando el cortisol (jefe del sindicato) y actuando como antiinflamatorio. En situaciones normales el antiinflamatorio funciona, pero al vivir en un estado de alerta constante el sistema inmune se descontrola y enfermas.

Además, existen otras consecuencias como la bajada de células NK (células asesinas) intervinientes en el control de los tumores. Las células asesinas con una explicación sencilla funcionan de la siguiente manera, localizan un antígeno y le inyectan una información (ADN) provocándole que el mismo se suicide. El descenso de estas células y el incremento de tumores imposibilitan la regeneración del ADN y provocan un mayor consumo de glucosa.

Por otra parte, tenemos el estado autoinmune, en el cual tus propias células se vuelven tan trabajadoras que trabajan hasta cuando no tienen que hacerlo. Ocurre una reacción excesiva hacia sustancias no dañinas en tu propio cuerpo. La inmunidad humoral (defensa ante microorganismos externos) donde están implicados los linfocitos B liberadores de anticuerpos es sobre activada, provocando así las alergias.

¿Estamos sentenciados frente al estrés?

Al igual que no podemos dejar de respirar, tampoco podemos dejar de pensar. Estamos cogidos de pies y manos, sin embargo, si no puedes con tu enemigo únete a él. Aprovecha el estrés en los momentos de activación para ser más funcional, pero en cuanto decidas descansar no dejes que la mente siga en modo alerta. Es común tener una situación estresante durante el día, llegar a casa físicamente agotado/a y no ser capaz aun así de dormir. La mente sigue pensando y no dejará de hacerlo, pero podrás cambiar tus pensamientos como también puedes cambiar tu respiración a una más pausada y lenta.

Creo firmemente en las posibilidades que nos otorga el pensamiento y como es capaz de influir en nuestra conducta y sentimientos. Basar la vida en la aceptación y la valoración de nuestro cuerpo con el entorno es una manera de quitarnos culpa y nos ayuda a conocer nuestros límites para poder superarlos.

Pablo Aleixandre Cifuentes