Por qué a los políticos les cuesta decir “no”
Decir “no” es una habilidad básica, pero en política se vuelve un desafío. Muchos políticos evitan negar por miedo a perder apoyo, parecer débiles o generar rechazo. Desde la psicología, esto se explica por tres factores principales: necesidad de aprobación, miedo al conflicto y dificultad para establecer límites emocionales.
El miedo al rechazo
Los políticos viven expuestos a la mirada constante de los demás, su autoestima y su imagen pública dependen de la aprobación, cada vez que complacen, reciben reconocimiento, cada vez que niegan, arriesgan críticas. Este patrón refuerza la idea de que decir “sí” es más seguro, aunque los desgaste emocionalmente.
Las consecuencias
No poder decir “no” lleva a la sobrecarga, el estrés y el agotamiento emocional, también genera incoherencia y pérdida de credibilidad, promesas imposibles, decisiones impulsivas o falta de claridad. En lo personal, los políticos terminan desconectados de sus valores y atrapados en una dinámica de complacencia constante.
Cómo ayuda la psicología
Las terapias breves basadas en evidencia, como la terapia cognitivo-Conductual o la terapia centrada en soluciones, ayudan a cambiar los pensamientos automáticos que impiden negar (“si digo no, decepcionaré a todos”) y a practicar respuestas más asertivas.
Conclusión
Decir “no” no significa rechazar al otro, sino reconocer los propios límites, para los políticos, aprender a hacerlo es un signo de madurez emocional y una forma de ejercer más saludable, auténtico y coherente.
José Jaime Pascual Piqueres
Psicólogo colaborador en el Centro de Psicología Calma al Mar
Miembro de la Asociación Española de Psicología Sanitaria AEPSIS

