Coaching, ¿y eso qué es?

Mitos y realidades sobre esta nueva práctica profesional

La figura del coach, y en general todo el fenómeno del coaching, parece haber surgido de la nada. Esta rápida aparición y popularidad genera miedos y concepciones falsas sobre las actividades de este tipo de profesionales. No obstante, esta figura del coach ya existe desde hace mucho tiempo. De hecho, nace con Sócrates y su metodología mayéutica, donde el “tutor” enseñaba al aprendiz a buscar las respuestas en si mismo. El término “coach” se ha utilizado sobretodo en el ámbito deportivo y se ha desarrollado a partir de este.

 

 

Nunca te rindas. Establece una meta y no te rindas hasta que la consigas. Cuando la consigas, establece otro objetivo y no te rindas hasta que lo alcances. Nunca te rindas. (Bear Bryant)

 

 

 

El Coaching como proceso profesional es un proceso de entrenamiento personalizado en el que el coach (mentor) le proporciona al coachee (aprendiz) las herramientas para alcanzar su “yo ideal” o su “yo deseado”. No se trata de un proceso terapéutico, ya que el coachee no tiene ningún “problema” que deba solucionarse. Más bien es una persona que buscar desarrollarse al máximo, tanto personal como profesionalmente. El coach busca que sus aprendices encuentren la forma de conseguir sus objetivos y se mejoren a si mismos.

 

El coach es un compañero en el viaje a la autosuperación

 

 

Las características fundamentales de un coach son:

  • Utiliza el método inductivo, o la mayéutica. Consiste en hacer preguntas al cliente con el objetivo de que este encuentre sus propias respuestas. El coach no da respuestas, estas debe encontrarlas el usuario.
  • Es coherente con lo que predica.  Todo coach que se precie debe estar inmerso en un camino de autodescubrimiento y superación
  • Se trata de una relación entre iguales, por lo que el coach no juzga los actos de su coachee, sino que los acepta incondicionalmente con la firme creencia de que su aprendiz conseguirá encontrar la mejor solución

Estas características diferencian al coach del psicólogo, quién si establece una relación de superioridad con el paciente. Esto es debido a que el psicólogo debe ayudar al paciente a superar una situación y, progresivamente, irá cediéndole el control. Como se ha dicho anteriormente, en el proceso de coaching el cliente no tiene ningún problema que deba superar, por lo que su relación será más igualitaria.

No obstante, es importante, a la hora de escoger un coach, tener en cuenta si tiene una buena formación. Esto se debe a que el “boom” del coaching ha producido una gran cantidad de personas, que no están muy cualificadas, que están desprestigiando la labor de estos profesionales. Para asegurar la profesionalidad de un coach nos debemos basar en tres factores:

  1. Formación. Buscar aquellos que estén acreditados por organismos oficiales como la ASESCO, AECOP, ICF o ATHC.
  2. Certificación. Es necesario que el coach pase por un proceso consistente en: un número de sesiones de formación, un examen oficial y un proceso de mentoring. Una vez superado este proceso se certifica su profesionalidad mediante organismos como la ICF o ASESCO.
  3. Experiencia. Es otro factor muy importante a tener en cuenta. No es necesario un gran número de horas pero si asegurarse de que la persona tiene cierta experiencia en estos procesos, y no únicamente una formación teórica.

Como recomendación personal la película “Up in the air” tiene algunos momentos de reflexión muy interesantes. Los recoge muy bien el siguiente vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=xC3e8Pjq8CY

Espero que os resulte interesante el artículo, para cualquier duda o consulta dejo mi mail (al287477@uji.es)