Psicología positiva.

“La felicidad es bienestar del que tomamos conciencia. No dejemos escapar esa conciencia” (Christophe André)

 

La psicología positiva es una nueva disciplina de la psicología que está ahora en pleno auge y que se centra en el desarrollo y el bienestar de la persona y no en los problemas o padecimientos. Su objetivo no es aliviar el malestar de quienes sufren psíquicamente, sino ayudar a todas las personas que ya se sienten bien a que se sientan aún mejor.

La psicología positiva trata de estudiar la felicidad de un modo científico con el fin de identificar reglas generales que se puedan aplicar al mayor número de personas.

Tres consejos para ser feliz y alcanzar una vida plena a nivel emocional:

Primero, la gratitud. Se ha descubierto que aumenta por sí sola y de forma importante nuestro bienestar. Para poder experimentar este sentimiento es necesario que nos centremos en aquello que tenemos, en todos los privilegios en los que nos beneficiamos en lugar de lamentarnos por aquello que no funciona. En la vida nos suceden cosas tanto buenas como malas, cuanta más atención prestemos a lo negativo, más decaerá nuestro estado de ánimo, mientras que si nos centramos principalmente en los episodios positivos aumentará nuestro humor ¡sin que nada de la realidad cambie! Nuestro estado de ánimo está influenciado por lo que pensamos, por aquello a lo que prestamos atención; por tanto, tú decides si quieres centrarte en todo aquello que va bien y por lo que debes sentirte agradecido, ese es el secreto de la gratitud.

Segundo, ¡sonríe!. Se ha identificado un mecanismo neural, que cuando se dibuja una sonrisa en nuestro rostro, se envían mensajes a nuestro cerebro que interpretan el gesto como un signo de alegría y que segregan los correspondientes neurotransmisores, es lo que se conoce como retroacción facial. Por tanto, simplemente con sonreír está mejorando nuestro estado de ánimo. Hay que tener mucho cuidado, porque este mecanismo ocurre igualmente con las emociones desagradables, poner mala cara tiende a decaer nuestro estado de ánimo. Por medio de estudios se ha comprobado que una actitud positiva, manifestada mediante sonrisas más frecuentes, mejora la calidad de vida y contribuye a prolongarla.

Tercero, actitud mental. Nuestra felicidad depende mucho más de la actitud mental que tenemos que de lo que acontece en la realidad. Solemos acostumbrarnos a las situaciones que vivimos, y lo hacemos de un modo que lo que al principio nos hacía felices se convierte en costumbre y ya no consigue proporcionarnos ese incremento de felicidad. A medida que nuestro estado de confort mejora, lo tomamos como referencia y olvidamos como estábamos antes. Realmente todos tenemos motivos para ser felices, pero tenemos tendencia a olvidarlos. Para evitar esto, puede ser aconsejable que elabores un “dossier de la felicidad”, consistirá en una lista en la que se debes apuntar todas aquellas cosas que te hacen feliz; de modo que podrás acudir a él cada vez que sientas que tu estado de ánimo decaiga.

 

¡Tú puedes!, focaliza tus pensamientos en las cosas buenas que suceden a tu alrededor, sonríe y disfruta de la felicidad.

 

 

Silvia Jiménez Garrido

Silvia-jimenez@hotmail.com