Adicciones comportamentales, una nueva epidemia

Las adicciones sin sustancias, también denominadas comportamentales, son aquellas conductas repetitivas que resultan placenteras, y crean una dependencia psicológica y pérdida de control. Comprenden tanto las adicciones tecnológicas como el juego, móvil, internet o los videojuegos, como la adicción a las compras, comida, sexo, trabajo o ejercicio.

La adicción comportamental es un trastorno que surge cuando se desarrolla dependencia a una actividad distinta consumo de sustancias. Aunque la conducta puede ser placentera durante sus inicios, al repetirse continuamente o en períodos largos, puede causar la aparición de problemas. Entre estas problemáticas encontramos una marcada necesidad por aumentar su frecuencia o la pérdida de interés por otras actividades que antes resultaban gratificantes.

La adicción sin sustancia comparte muchos rasgos con las adicciones causadas por el consumo de diferentes drogas.  A continuación, se expondrán los síntomas que habitualmente presentan aquellos individuos con una conducta de abuso o adictiva:

  • Modifican relaciones, actividades o intereses que se enfocan en la conducta adictiva.
  • Pierden interés por las actividades y vínculos personales sin relación con dicha conducta.
  • Experimentan irritabilidad y malestar si no pueden llevar a cabo la actividad adictiva.
  • Cambian hábitos y costumbres como horarios de sueño o abandonar otra clase de ocio.
  • Reaccionan agresivamente y tienen cambios de humor bruscos e inexplicables.
  • Son incapaces o tienen gran dificultad en abandonar el comportamiento adictivo.
  • Mantienen la adicción aún con graves consecuencias familiares, económicas o laborales.

Características clínicas y alteraciones derivadas

Entre las características clínicas de esta problemática, cabe destacar la pérdida de control sobre la conducta y la aparición de la dependencia psicológica o craving. También presentan síntomas relacionados con la tolerancia y la abstinencia y algunos efectos perjudiciales graves. Asimismo, esta clase de adicción conlleva una serie de alteraciones asociadas que ahora expondremos.

En primer lugar, surgen varias alteraciones fisiológicas que dificultan el descanso o la relajación del paciente, quien padece síntomas de ansiedad y un deterioro de su estado general. También suelen presentar problemas en la alimentación o el sueño y una cierta agitación e irritabilidad que es mucho más marcada en los adolescentes.

Las alteraciones cognitivas relacionadas con este trastorno se caracterizan por una polarización atencional hacia la conducta adictiva. En ellos surge una preocupación recurrente y obsesiva y la aparición de pensamiento mágico. Además, es habitual que presenten cierta confusión mental y su razonamiento suele ser restringido.

Los problemas emocionales que padecen estos individuos están relacionados con sentimientos de culpa, negación y ocultación de la conducta adictiva frente a uno mismo y ante los demás. También es común que experimenten cambios bruscos de humor y empobrecimiento afectivo.

Por último, estos pacientes suelen presentar alteraciones en cuanto a su entorno. Su situación conlleva un profundo aislamiento con la consecuente disminución o desaparición de actividades de ocio saludables que los lleva a perder relaciones significativas. Además, sufren desmotivación, bajo rendimiento escolar o profesional y problemas económicos.

Abordaje de la adicción comportamental

El objetivo terapéutico que buscarás conseguir es bastante distinto según si tu intervención vaya dirigida a una adicción con o sin sustancia. Esto es consecuencia de que en la intervención de las adicciones comportamentales no perseguirás la abstinencia completa, al tratarse de conductas que se llevan a cabo cotidianamente como son usar el teléfono o trabajar. Tu objetivo terapéutico tiene que focalizarse en que el individuo reaprenda a controlar su conducta problema para que así sea capaz de volver a hacer un uso racional de ella.

Existen una serie de técnicas que debes incluir durante el tratamiento psicológico individual de los comportamientos adictivos para que la intervención sea eficaz:

  • Tomar conciencia del problema.
  • Entrenamiento en resolución de problemas.
  • Ejercicios de relajación.
  • Entrenamiento en habilidades sociales.
  • Reestructuración cognitiva
  • Control de estímulos: en un principio se suele recomendar abandonar completamente la conducta. Si es imposible, se aplica un control limitado del tiempo de esta.

La intervención que más eficacia ha demostrado ante esta problemática es la terapia cognitivo conductual. Cuando lleves a cabo este abordaje, entrenarás habilidades concretas que permitan al paciente responder correctamente antecedentes y consecuentes, individuales o ambientales, que mantienen los comportamientos adictivos. Durante la terapia, le enseñarás las habilidades y competencias para modificar estos patrones, cómo implementarlas y así poder interrumpir la conducta problema. Englobarás diversos componentes entre los que se sitúan el entrenamiento en habilidades sociales y afrontamiento, reestructuración cognitiva, exposición en vivo, manejo de contingencias y la prevención de recaídas.

Adicción a los videojuegos

Cuando la adicción comportamental se focaliza en los videojuegos, el procedimiento más eficaz que puedes aplicar es la terapia cognitivo-conductual. Su propósito es que identifiques aquellos factores que desencadenan la conducta, analices las motivaciones que le conducen a realizarla y le ayudes a que encuentre una manera alternativa de satisfacer sus deseos. El tratamiento del problema se centrará en que describas las pautas concretas del espacio de juego, dónde y bajo que circunstancias se jugará. Además, es esencial que controles el juego y con quién se llevará a cabo. Mediante la intervención perseguirás mejorar sus habilidades interpersonales a través de la programación de actividades sociales que permitan sustituir el juego online por otras.

Adicción al teléfono móvil

En caso de adicción al móvil, el abordaje que apliques debe centrarse en establecer unos horarios y una utilización más normativa del teléfono para que la persona sea capaz controlar el dispositivo adecuadamente. También promoverás actividades alternativas y les facilitarás competencias de autocontrol y afrontamiento de situaciones de riesgo. Perseguirás que tu paciente controle sus hábitos y adquiera estrategias de afrontamiento. Algunas estrategias terapéuticas son:

  • Concienciarle del problema y de la necesidad de cambio, ofreciendo información.
  • Realizar con él un entrenamiento en relajación.
  • Aplicar la reestructuración cognitiva.
  • Llevar a cabo un entrenamiento en solución de problemas
  • Aplicar una exposición progresiva a estímulos relacionados con el teléfono, identificando situaciones que favorezcan su uso descontrolado y limitando el acceso al dispositivo.

Laura NR – Graduada en Psicología