Depresión y trastornos del estado de ánimo (I): conceptualización y tipología

 

La depresión, que acompaña a la humanidad desde el principio de los tiempos, ha sido explicada tanto por la literatura como por la filosofía y la ciencia. En base a la teoría de Hipócrates y Galeno sobre los distintos temperamentos, la psicología construyó. Por primera vez, la definición de este trastorno, en torno al concepto de Melancolía; las perturbaciones de los distintos humores característicos de los distintos temperamentos, dan lugar a las alteraciones mentales (Ambrosini, Stanghellini y Langer, 2011).

LA DEPRESIÓN SEGÚN LA OMS

Según la Organización Mundial de la Salud (O.M.S), la depresión es la incapacidad de realizar las actividades del día a día, donde el paciente padece una tristeza continua y/o pérdida del interés por actividades que habitualmente le eran satisfactorias. Los síntomas más comunes son: pérdida de apetito, disminución de la energía y la concentración, sensación de culpabilidad inutilidad y desesperanza, pensamientos recurrentes de suicidio y autolesión.

Es muy importante tener en cuenta que la depresión no tiene porqué ser un signo de debilidad ya que puede padecer cualquiera, además su tratamiento puede ir desde terapia psicológica simple hasta medicación, en algunos casos incluso la combinación de ambas.

TIPOLOGÍA DE LA DEPRESIÓN

En el manual escrito por Carrasco, Ramírez, del Barrio (2013), la depresión clínica se define como un trastorno afectivo, experimentado por dos semanas o más, que consiste en el mantenimiento de un estado de ánimo negativo respecto de uno mismo y de su alrededor y, además afecta tanto al pasado, como al presente y al futuro; dicho estado de ánimo, se extiende a la memoria y la percepción de la realidad, ya que las emociones experimentadas llevan a distorsiones cognitivas, por lo que interfiere con la vida diaria del individuo que lo padece. 

Los tipos de trastornos afectivos que presentan estos autores son la depresión mayor, la distimia -los trastornos depresivos más frecuentes-, la depresión psicótica, la depresión postparto, el trastorno afectivo estacional, la depresión infantil, la ansiedad y depresión mixta, y el trastorno bipolar (Carrasco et al., 2013).

TRASTORNO DE DEPRESIÓN MAYOR

En primer lugar, la depresión mayor (DM) o depresión grave se define como un conjunto de síntomas que incapacitan al sujeto para desenvolverse con normalidad en las tareas cotidianas; puede ocurrir una vez en la vida pero, normalmente, tiende a repetirse a lo largo del ciclo vital. Si se presenta acompañada por síntomas psicóticos (e.g. ruptura con la realidad, delirios) se conoce como depresión psicótica. Por otra parte, la distimia es untrastorno crónico en el que los estados de ánimo del individuo están permanentemente por debajo de la media, aunque no llegan a ser tan agudos como en la DM; suele durar dos años y puede perpetrarse de por vida.

Normalmente, la depresión grave y la depresión crónica leve suelen aparecer seguidas o a la vez -cuando es acompañada de episodios de DM superpuesto se deben hacer ambos diagnósticos-, algunos expertos consideran la distimia como una consecuencia o secuela de la DM, mientras que otros lo ven como una causa (Zisook, 1992).

DEPRESIÓN POST-PARTO

En segundo lugar, la depresión postparto se diagnostica si aparece dentro del primer mes después del alumbramiento, aunque algunos profesionales la admiten antes del parto o incluso hasta un año después. Este tipo de patología consiste en un episodio de depresión grave o moderada, que en ocasiones se asocia con el trastorno afectivo estacional (Sit, Seltman y Wisner, 2011). Dicho trastorno depresivo aparece en invierno, debido a la disminución de horas de luz y puede desaparecer en primavera y verano; surge en la adolescencia y sus principales síntomas son la hipersomnia y la ralentización motora o conductual.

DEPRESIÓN MIXTA

En tercer lugar, en cuanto a la depresión mixta, se da en sujetos que presentan tres o cuatro síntomas de depresión, incluyendo disforia y anhedonia, junto con síntomas propios de la ansiedad. La sintomatología de la depresión infantil es igual que la de los adultos, pero el sentimiento de disforia se convierte en irritabilidad; los desencadenantes específicos hasta los doce años suelen estar en el núcleo familiar (e.g. apego, comunicación, disciplina) y a partir de esa edad, el principal factor etiológico pasa a ser la autoestima, que se construye a través del éxito social y académico logrado (del Barrio, 2007).

TRASTORNO BIPOLAR

Por último, el trastorno bipolar se compone de cambios cíclicos en el estado de ánimo; un periodo de seis meses o más de euforia, seguidos de otros seis meses o más de disforia o de depresión; esta última etapa, se caracteriza por síntomas similares a los de la DM. Frecuentemente, aparece en la adolescencia y puede presentarse de distintas maneras. 

El trastorno bipolar I se caracteriza por un episodio de manía intenso; el tipo II consta de un episodio de manía más leve; la ciclotimia se compone de etapas de hipomanía y de depresión leve o de un trastorno afectivo estacional; y, finalmente, podemos encontrar los síntomas de manía y depresión solapados en un estado bipolar mixto.

La base para distinguir los cambios patológicos de los ordinarios, viene dada por la persistencia de la historia clínica, su gravedad, la presencia de otros síntomas y el grado de deterioro funcional y social que lo acompaña. Muchos casos de depresión son claramente apreciables en la práctica clínica, aunque raras veces resulta fácil establecer su autonomía diagnóstica respecto de otras entidades psicopatológicas.

DEPRESIÓN ENDÓGENA/EXÓGENA Y REACTIVA/ESPONTÁNEA

Además, también podemos clasificar los trastornos depresivos según si se originan a causa de elementos externos al sujeto o internos -depresión exógena o endógena-, o bien, si aparece como consecuencia de un acontecimiento negativo o de manera espontánea -depresión reactiva o espontánea-. La depresión espontánea y la endógena se asocian con alteraciones biológicas con carácter genético o funcional, que perturban el correcto funcionamiento de los neurotransmisores, fundamentalmente se presenta una reducción de catecolaminas.