En este post trataré el tema del estigma hacia las personas con algún tipo de trastorno mental. El estigma es una característica que se le atribuye a una persona y que la involucra en un grupo social sobre que se tiene una actitud negativa y de rechazo. Seguramente tú habrás visto a alguien por la calle que te haya generado pensamientos negativos, ya sea por su forma de vestir o por su acento, y tu cabeza lo asoció a un grupo social. Esta es la realidad que sufren muchas personas que tienen trastornos mentales, y por eso considero que es un tema importante del que se debe hablar.

Por un lado, son numerosos los estereotipos que se les atribuye a las personas diagnosticadas, desde características como la peligrosidad, la falta de control o la incompetencia para cualquier tipo de actividad. Esto genera emociones negativas en la persona diagnosticada, como la tristeza, la soledad o la culpa. Y también en ti mismo, puedes sentir miedo de sentarte al lado de una persona con esquizofrenia, o vergüenza de que un familiar tuyo tenga depresión. Todo ello se traduce en discriminación y rechazo social, sin ir más lejos la exclusión laboral que sufren las personas con algún tipo de trastorno mental.

Aunque parezca mentira, la realidad es que entre los profesionales de la salud (por ejemplo, los psicólogos) se produce el mismo estigma que en el resto de la población. Por esa razón es tan importante la psicoeducación, que empieza por que tú mismo evites el uso de diagnósticos innecesarios y etiquetas estigmatizantes. Y, lo más importante, que siempre leas información contrastada que cuente con garantías científicas. Esto no acabará con el estigma, pero ayudará a que seas más consciente de su existencia, y podrás actuar en consecuencia a ello.