Falsos recuerdos

Hoy hablamos sobre los falsos recuerdos, un término que todos hemos escuchado alguna vez, pero ¿qué son? Son recuerdos que se presentan distorsionados o eventos que, incluso, nunca llegaron a ocurrir pero que la persona experimenta como reales y ciertos. El sujeto puede llegar a pensar que fantasías y hechos que nunca sucedieron son reales.

No hay que confundir falso recuerdo con mentira, pues la persona que narra un falso recuerdo cree realmente estar diciendo la verdad.

Pueden ser comunes también ante acontecimientos especialmente traumáticos en los que el individuo los construye (siempre de manera inconsciente), por sí solo o por influencia de otros, para disminuir la disonancia cognitiva que ese hecho pueda producir  al chocar con su código moral o para evitar revivir experiencias dolorosas. Es un mecanismo de defensa muy común y adaptativo en los seres humanos.

¿Pueden todas las personas crear falsos recuerdos?

Todas las personas podemos crear falsos recuerdos. Cuando nos narran hechos una y otra vez, es común que nuestro cerebro asocie estos recuerdos a otros reales y se creen falsas memorias. La mayoría de nosotros tenemos recuerdos de nuestra más tierna infancia, hay además anécdotas que nuestros padres o familiares nos han contado una y otra vez. Nosotros creemos recordar eso que nos cuentan, pero es muy probable, que muchos de esos recuerdos sean falsos recuerdos.

Se cree, además, que hay personas que tendrían una mayor predisposición a crearlos. Las personas con buena memoria son menos propensas a ello respecto a personas que no la tienen, así mismo, los adultos crean falsos recuerdos de manera más sencilla que los niños, ya que han formado muchas más asociaciones entre palabras, personas, situaciones… por lo que su sistema para almacenar nuevas memorias es más automatizado que el de los niños y favorece que, ante información ambigua, se puedan crear falsas memorias más fácilmente. Esto demuestra que nuestra memoria puede ser maleable de manera inconsciente.

En el año 2001 se realizó un experimento poco después de los atentados a las Torres Gemelas en Nueva York. Se entrevistó a personas que habían vivido el atentando de cerca. En las conversaciones mantenidas con estas personas se introdujeron palabras engañosas, además se hablaron también acerca de unas grabaciones del atentado que, en realidad, no existían. Pues bien, en conversaciones posteriores con estas personas, un porcentaje muy alto de las mismas, citaron dichas grabaciones como reales cuando, como he mencionado, nunca llegaron a existir.

La mente no solo nos hace evocar aquello que hemos vivido, sino también lo que pensamos que hemos experimentado.

¿Cómo los almacenamos?

Cualquier tipo de recuerdo que almacenamos, falso o no, van acompañado de emociones y de pensamientos ya sean positivos o negativos. Por este motivo, ante una misma situación, dos personas pueden tener recuerdos totalmente diferentes ya que cada uno de ellos aportará su propia percepción acerca de lo que sintieron, pensaron y cómo vivieron ese momento.

Nuestra memoria tiene también un sistema de filtro cuya función es la de no saturar nuestra mente con tanta información. Así, ante un determinado suceso, nuestra mente seleccionará la información que quiere almacenar en nuestra memoria y desechará la información que no considere relevante para un futuro. Este filtro es, por tanto, subjetivo ya que es el propio sujeto, siguiendo sus propias percepciones, el que decide de forma inconsciente qué información pasa el filtro y qué información no lo pasa.

Así la información que vamos almacenando queda siempre incompleta y podrá ser completada con partes de otros recuerdos o, incluso, con información inventada. El hecho de cómo completamos esta información, dependerá en gran parte de la emoción que nos gobierne en ese momento.

En resumen

  • Nuestra memoria no es constructiva, sino reconstructiva.
  • Tanto las memorias auténticas como las falsas dependen de los mismos mecanismos neurológicos, lo que dificulta para la propia persona poder distinguirlas.
  • No hay que confundir mentira con falsa memoria, ya que en el segundo caso la persona cree realmente estar diciendo la verdad y que ese hecho ocurrió.
  • Todas las personas somos capaces de construir falsos recuerdos, aunque es cierto que hay determinados factores que pueden hacer a unos más susceptibles que a otros. También los factores ambientales pueden influir en su formación.
  • Los recuerdos van siempre acompañados de emociones y sentimientos en el ser humano por lo que una misma situación se puede vivir de manera muy diferente según la interpretación que cada persona aporte.
  • Los falsos recuerdos pueden aparecer tras una situación traumática.
  • Las personas pueden cambiar sus percepciones, juicios y opiniones al estar en contacto con otros individuos a través de un proceso de influencia social.
  • Los recuerdos más vividos no son aquellos que ocurrieron hace menos tiempo, sino aquellos que se vivieron con mayor intensidad emocional.

MARISA MAZA FERNÁNDEZ