El poder del lenguaje

El ser humano se diferencia de otras especies animales en muchos aspectos, sin embargo, una de las características más salientables es el lenguaje. Esta habilidad nos dota de una mayor capacidad comunicativa y de unas estrategias de resolución de problemas muy eficaces.

Los primeros hallazgos de expresión escrita datan del año 2000 a.C, no obstante, la comunicación oral existe desde tiempos ancestrales, aunque no tal y como la conocemos hoy en día. Este hecho, ha llevado a los psicolingüistas y a los neurocientíficos a sospechar que existe una habilidad innata en el ser humano, con sus correspondientes  bases neurales, para desarrollar el lenguaje oral.

De este modo, los recién nacidos tienen la capacidad de discriminar fonemas de todas y cada una de las lenguas que existen. Lo que ocurre, es que a medida que pasan los meses, esta capacidad se ve mermada, hasta llegar al punto de que el bebé solo reconoce fonemas de su lengua materna. Es decir, cuando nacemos, nuestra capacidad discriminatoria es inmensa, pero esta se va concretando hasta que solo somos capaces diferenciar fonemas de una o pocas lenguas.

El tema de los bilingües sigue manteniendo en vilo la conciencia de los psicólogos del lenguaje. Una de las principales preguntas es ¿El cerebro emplea las mismas áreas y mecanismos para las dos lenguas, o por el contrario, cada idioma utiliza sus propias conexiones? No hay una respuesta clara ante esta cuestión. En primer lugar, habría que hacer una distinción entre las personas que aprenden los dos idiomas al mismo tiempo y las que tienen una única lengua materna, y a posterior aprenden un nuevo idioma. El tener que hacer esta clasificación dificulta bastante el estudio de estos fenómenos, pero no es lo único que tenemos que tener en cuenta. En segundo lugar, no podemos soslayar la importancia que tiene el nivel de conocimientos sobre los mecanismos empleados tanto en el habla como en las escritura. A lo que me refiero es que no es lo mismo manejar dos idiomas con mucha fluidez que manejar uno con mucha facilidad y otro con dificultades.

Lo que nos dicen los resultados de las investigaciones sobre este tema es que los bilingües que son capaces de expresarse con la misma buena fluidez en las dos lenguas emplean las mismas redes y mecanismos neurales, sin embargo, los que tienen más dificultades para un idioma que para otro, emplean mecanismos y conexiones distintas.

La importancia que tiene el lenguaje es inmensa, un buen uso de este puede suponer una gran ventaja y un mal uso puede llevar a situaciones muy poco agradables. Imagínese que usted es médico y tiene que comentarle a una madre que su hijo padece una enfermedad extraña con un pronóstico muy malo. El modo en que usted emplee las palabras va a ser de crucial importancia; utilizar una palabra fuera de tono podría suponerle la ruina en un caso tan crítico como este. Pero sin ir hasta tal extremo, simplemente tenga en su mente los medios de comunicación de este país. Es increíble el modo en que, transmitiendo la misma noticia, un periódico da a entender una cosa y otro diferente da a entender una cosa totalmente distinta.

Quizás al observar mentalmente estos casos nos damos cuenta de la gran relevancia que tiene el lenguaje en la sociedad en la que vivimos y el buen uso que tenemos que hacer de este para poder sacar el mayor beneficio de nuestras palabras, o simplemente para no cometer errores que nos puedan perjudicar gravemente.

Alexandre González Valdés