Trastornos de ansiedad, memoria y beneficios del nutriente neuroprotector

A día de hoy podemos comprender un poco más la relación del sistema nervioso con nuestro intestino, la gran influencia que éste tiene en los procesos fisiológicos que subyacen a los procesos psicológicos, y cómo llega a formar parte como una de las grandes piezas que forman los pilares de la salud mental.Es por ello que la literatura científica se ha centrado tanto estos años en averiguar cómo este puede beneficiarnos, y poder construir unos hábitos más saludables teniendo en cuenta el funcionamiento de ciertos sistemas de nuestro organismo. Y uno de los grandes factores a tener en cuenta en nuestro día a día, y nuestra salud, es la memoria, la cual vemos afectada en ocasiones por algunos trastornos, en este caso de ansiedad, pudiendo llegar a tener una sensación de neblina mental o poca claridad cognitiva de manera recurrente.

Memoria y Ansiedad

Muchas veces acompañado de otros síntomas en la ansiedad, aparece aquello a lo que llamamos “niebla mental” que es entendida como el estado en el que algunas de nuestras funciones cognitivas se ven afectadas de alguna manera impidiéndonos concentrarnos, pensar con “claridad” o recuperar fragmentos de nuestra memoria para aplicarlos a alguna actividad cotidiana. Debemos permitirnos en ciertas ocasiones tener estas sensaciones, pero está bien también revisar nuestros hábitos y la cantidad de veces que está niebla mental puede afectar en nuestro día a día, y en caso de ser necesario acudir a un profesional especializado.

En estas circunstancias uno de los constructos de la memoria nombrados dentro de la literatura científica como memoria declarativa es de las más afectadas. Entendemos a la misma, cómo aquella que nos permite de manera voluntaria o consciente el recopilar o recolectar la información o experiencias previas o posteriores al momento de la actividad memorística. Ello puede influir tanto en las conversaciones que tengamos y la atención que le pongamos a las mismas, por ejemplo, o la ejecución de actividades momentáneas, dentro del marco de la memoria llamada de trabajo (dedicada al procesamiento interrelacionado con la experiencia del momento, la previa y la experiencia proposicional, o que queremos desarrollar).

Qué tiene que ver la alimentación en estos procesos

Comentamos anteriormente la relación del intestino con el sistema nervioso y su funcionamiento de manera bidireccional en los procesos químicos, tanto en la segregación de hormonas como de neurotransmisores, que se ven involucrados en muchos de los procesos relacionados con la memoria. Muchos de estros procesos de producción de estos químicos se ven influídos por nuestra dieta y lo que comemos, dependiendo del tipo de nutriente que ingiramos, su absorción y cómo sea sintetizado en el organismo.

Debemos intentar mantener una relación equilibrada con nuestros hábitos nutricionales, permitiéndonos sentir y conocer nuestro cuerpo, respetándolo dentro del campo de nuestra alimentación, y muchas veces trabajar por permitir comer de todo y de manera equilibrada, pero si podemos, aplicando los conocimientos que nos permiten añadir un complemento o pequeño empujón a los procesos que estemos pasando a nivel emocional, permitiéndonos sentir un poco mejor y pudiendo trabajar de una manera más efectiva y sana con éstos.

Dentro de los químicos que intervienen en estos procesos podemos nombrar a la serotonina y dopamina, que estando estos en cantidades desequilibradas están correlacionados con una menor función en la memoria y el aprendizaje por su afección en el tejido cerebral. La noradrenalina, incrementa por ejemplo la capacidad memorística cuando las emociones son de un tono elevado o podemos observar por ejemplo diversos tipos de bacterias que afectan directamente al nervio vago y este mismo a estructuras tan determinantes en la memoria como puede ser el hipocampo.

Nutrientes neuroprotectores

Entendemos como neuroprotector cualquier sustancia química que actúe como factor de protección de las células neurales pudiendo prevenir, mitigar o retrasar diversos procesos neurodegenerativos o lesiones en el tejido cerebral, pudiendo calificar algunos dentro de dos grandes mecanismos de acción, los antiinflamatorios (que según la literatura científica hay una estrecha relación de la inflamación con la aparición de niebla mental) y los antioxidantes.

En 2015 se publica un estudio acerca de cómo la  Luteolina, un tipo de flavonoide, tiene numerosas propiedades neuroprotectoras y actúa como agente antioxidante y antiinflamatorio en nuestras neuronas, pudiendo incluir entre los alimentos con mayor fuente de luteolina, el orégano, los pimientos, el enebro, las semillas de apio o el perejil.

Por otro lado destacar también la Citicolina, a la cuál se le atribuyen efectos beneficiosos sobre esta niebla mental, debido a la importancia de la acetilcolina y la dopamina en estes procesos, la cuál podemos encontrar en gran cantidad en hígado de res y en las yemas de huevo.

También es destacable la Fosfofatidilserina, necesaria para la salud de las membranas y recubrimientos de las neuronas, pudiendo encontrarla en alubias, huevos o productos lácteos.

Una intervención muy empleada en la alimentación de la psiquiatría nutricional es la MIND, acrónimo en inglés de Intervención mediterránea DASH para el retraso neurodegenerativo, de la que se han hecho numerosos estudios sobre su eficacia con muy buenos resultados de mejora en las evaluaciones de los diferentes tipos de memoria, incluyendo en ella, verduras como el kale,espinacas,col de berza, zanahoria o calabaza, diferentes tipos de frutos del bosque y frutos secos, aceite de oliva como pilar muy importante, pescados ricos en omega 3 y carne de ave.

Con todo ello debemos de tener en cuenta siempre, que la alimentación es uno de los  pilares fundamentales de nuestra salud, y cada poco vamos comprendiendo que también lo es para la salud mental, pudiendo generar hábitos saludables de alimentación, en los que trabajemos poco a poco y los introduzcamos en nuestra rutina, siempre intentando generar la relación con la alimentación como algo sano, permitiéndonos sentir, y adaptar esta misma a las necesidades de nuestro cuerpo y poco a poco mejorar nuestros hábitos y sentirnos mejor.

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