Empatía práctica en tiempos de teoría

Has notado que la palabra “empatía” resuena hoy más que nunca en los medios de comunicación, en las redes sociales y es probable que la suelas escuchar muy a menudo en tus círculos sociales. Sin embargo, ¿realmente tienes claro el concepto de esta palabra?, quiero compartir contigo no un repertorio memorístico sino una reflexión que te ayude a encarnar mejor lo que significa.

Desde la “identificación con los sentimientos del prójimo o sentir como siente”, “el intento de comprender qué es lo que pasa por su mente”, “el colocarse en los zapatos del otro”; se han esbozado muchas definiciones según el contexto desde donde se intente iluminar la tan evocada empatía. 

Mucho se ha planteado que está conformada por el componente cognitivo y emocional: en el primero, puedes desarrollar la capacidad de comprender o entender cómo piensan las personas y en el segundo, eres capaz de captar el estado emocional y hasta determinar qué hechos lo provocan. Pero, poco se habla del componente conductual, ¿qué conductas pueden ir surcando los misteriosos caminos de la empatía?… empatiaMás que palabras, más allá de teorías… ¿Te has preguntado cómo puedes ser una persona más empática, más allá de acercarte a sentir o pensar como el prójimo?… ¿Cómo fortalecer esta habilidad tan requerida hoy?, ¿se te ocurre algún valor que pueda ser el fruto real de la empatía?

Deseo compartir contigo, el valor que considero refleja el resultado del ejercicio interno de empatizar: la solidaridad, ese gesto que llega a tiempo, esa palabra que sale al encuentro o ese silencio que sabe acompañar. 

Si solo te quedas en el estar empatizando mentalmente y solo logras sentirte bien tú, hacer match contigo mismo, elevar tu intuición y no concretas una disponibilidad solidaria al servicio del otro, es probable que solo te hayas quedado en el nivel teórico. Hoy te quiero animar a dar un paso más y fortalecer tu empatía práctica con las siguientes estrategias:

  1. Desarrollar la autoconsciencia: para, hazte preguntas, ¿para qué haces lo que haces?
  2. Desdramatizar: ¿las cosas que consideras terribles lo son realmente? Recuerda cuántas cosas has superado para ser hoy la persona que eres.
  3. Fortalecer la visión trascendente: ¿se puede vivir en el pasado o el futuro?, no. Las cosas que te suceden son tu presente y todo tiene un sentido, un objetivo, una lección.
  4. Resiliencia: ser fuerte en la adversidad, resistir no con resignación sino con dirección, con perseverancia, usa lo que te prueba para forjar lo que quieres ser.
  5. Entrenamiento constante y paciente de tu inteligencia emocional, es siempre un camino, nada hay ya resuelto totalmente, ni obtenido por totalidad. Recuerda que somos humanos, perfectibles no perfectos.

Me encantaría que lo anterior te haya animado a fortalecer tu empatía, ello sin duda tendrá un impacto positivo en tu vida, en tu bienestar general y en nuestro mundo: que tanto la necesita.

Quedo atenta a tus comentarios, preguntas o reflexiones.

Hasta el siguiente post.

Lic. Cecilia Rodríguez

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