Manejo del estrés

¿Qué es el estrés?

El estrés es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones percibidas como amenazantes o desafiantes. Cuando estamos estresados, nuestro organismo libera hormonas como el cortisol, lo que puede tener un impacto negativo en nuestra salud física y mental.

Tipos de estrés

Estrés agudo. A corto plazo y desaparece rápidamente. P.ej., podrías sentir estrés agudo discutiendo con su pareja en un momento concreto. Esto le ayuda a controlar las situaciones peligrosas, como si tuvieras que salir corriendo al ver a un león. También ocurre cuando hace algo nuevo o emocionante. Todas las personas sienten estrés agudo en algún momento u otro.

Estrés crónico. A largo plazo. Algunas situaciones en las que podrías tener estrés crónico podrían ser: problemas de dinero, trabajo o un matrimonio infeliz. Cualquier tipo de estrés que continúa por semanas o meses es estrés crónico. Puede acostumbrarse tanto al estrés crónico que no se dé cuenta que es un problema. Es importante aprender a controlarlo porque puede derivar en problemas de salud.

¿Es siempre malo el estrés?

No, y esto depende del motivo en el que sentimos estrés.

Por ejemplo, podríamos hablar de un eustrés o estrés positivo cuando vamos a realizar un examen. Ese nerviosismo es normal, y es incluso positivo porque nos hace estar alerta a las preguntas y atentos.

Por otro lado, el distrés o estrés negativo podría verse reflejado por ejemplo en una situación de acoso laboral.

Síntomas y signos comunes en el estrés

Es importante reconocer los signos y síntomas del estrés para poder abordarlo adecuadamente. En esta publicación, detallaremos los indicadores físicos, emocionales y cognitivos más comunes del estrés, como dolores de cabeza, ansiedad, dificultad para concentrarse, cambios de humor y problemas para dormir. Al identificar estos síntomas, podremos tomar medidas para gestionar y reducir el estrés.

Técnicas manejo del estrés

Respiración profunda. Consiste en inhalar lentamente por la nariz, llenando los pulmones de aire, y luego exhalar suavemente por la boca. Practica esta técnica durante unos minutos enfocándote en tu respiración.

Meditación. Es una práctica que ayuda a calmar la mente y reducir el estrés. Puedes empezar dedicando solo unos minutos al día a sentarte en silencio, cerrar los ojos y enfocarte en tu respiración o en un mantra.

Actividad física. Libera endorfinas, sustancias químicas en el cerebro que actúan como analgésicos naturales y mejoran el estado de ánimo. Encuentra una actividad física que disfrutes (caminar, correr, yoga, bailar, etc.) y haz cardio.

Técnicas de relajación muscular. Consisten en tensar y relajar diferentes grupos musculares del cuerpo de forma secuencial. Esto ayuda a liberar la tensión acumulada en los músculos y promover la relajación general. Por ejemplo, la de Schultz.

Tiempo de calidad para ti. Dedica tiempo regularmente a actividades que te gusten y te relajen, como leer un libro, escuchar música, tomar un baño caliente, practicar un hobby o pasar tiempo al aire libre.

Establecer límites. Aprende a establecer límites saludables y decir “no” cuando sea necesario. A menudo, el estrés se incrementa cuando nos comprometemos en exceso y no nos cuidamos a nosotros mismos.

Técnicas de visualización. Consisten en crear imágenes mentales positivas y relajantes. Cierra los ojos e imagina un lugar tranquilo y seguro, como una playa o un jardín, y visualízate a ti mismo allí, sintiendo calma y relajación.

¿Qué papel juega la alimentación en el manejo del estrés?

¿Qué papel juega la alimentación en el manejo del estrés?

La alimentación desempeña un papel crucial en nuestra salud y bienestar general, y también puede influir en nuestra capacidad para manejar el estrés de manera efectiva. Los alimentos que consumimos pueden tener un impacto tanto físico como emocional en nuestro cuerpo. Aquí hay algunos aspectos importantes a considerar:

Nutrientes clave. Algunos nutrientes específicos relacionados con el manejo del estrés incluyen:

• Complejo B: las vitaminas del complejo B, como la vitamina B6, B12 y el ácido fólico, son importantes para el funcionamiento adecuado del sistema nervioso. Regulan los neurotransmisores y mantienen la estabilidad emocional.

• Omega-3: los ácidos grasos omega-3, presentes en alimentos como pescados grasos, nueces y semillas de lino, tienen propiedades antiinflamatorias y reducen la ansiedad y la depresión.

Magnesio. Es un mineral esencial para el funcionamiento adecuado del sistema nervioso. Se encuentra en espinacas, nueces, plátanos o frijoles. Reducen los niveles de estrés y promueven la relajación.

Evitar estimulantes en exceso. Como la cafeína y el azúcar, que aumentan los niveles de estrés y afectan negativamente a nuestro estado de ánimo. Pueden causar fluctuaciones en los niveles de energía y dificultar la capacidad del cuerpo para gestionar el estrés de manera efectiva. Se recomienda moderar su consumo.

Comidas regulares y equilibradas. Saltarse comidas o tener una dieta desequilibrada puede afectar negativamente el manejo del estrés. El azúcar en sangre puede fluctuar, lo que puede generar cambios de humor y aumentar la sensación de ansiedad. Optar por comidas regulares y equilibradas, que incluyan proteínas magras, granos enteros, frutas, verduras y grasas saludables.

Alimentos reconfortantes saludables. Muchas personas recurren a alimentos reconfortantes cuando están estresadas, lo que suele implicar opciones poco saludables como alimentos procesados y con grasas saturadas y azúcares. Sin embargo, hay alternativas saludables para satisfacer los antojos. Algunos ejemplos incluyen frutas frescas, yogur griego, nueces y semillas