¿Qué entendemos por autoconcepto?

El término autoconcepto hace referencia a la percepción que cada sujeto tiene de sí mismo. Se trata, por tanto, de un constructo psicológico dinámico y activo en su proceso de construcción, pero que también se conforma por las relaciones sociales y los contextos en los que se involucra la persona.

Hemos de señalar que no se trata de una característica heredada, sino que se va formando en función de las vivencias e interacciones del individuo con su entorno, estando directamente relacionado con la competencia social del mismo y la capacidad de dirigir su comportamiento.

Los autores Shavelson y Bolus (1982) hablan de las siete características del autoconcepto:

  1. Organizado o estructurado: el individuo cuenta con gran variedad de experiencias a lo largo de su vida, las cuales organiza en categorías para darles un significado.
  2. Multifacético: las áreas en particular reflejan el sistema de categorización adoptado por un individuo concreto o compartido por grupos.
  3. Diferenciable: el autoconcepto se puede diferenciar de otros constructos con los que está relacionado.
  4. Valorativo: la persona no solo desarrolla una descripción de sí misma en una situación particular o situaciones, sino que las valoraciones pueden realizarse con otros patrones, como el ideal al que le gustaría llegar.
  5. Jerárquico: las diferentes facetas del autoconcepto pueden formar una jerarquía, desde las experiencias individuales en situaciones particulares (situadas en la base de la jerarquía), hasta el autoconcepto general (situado en lo alto de la jerarquía).
  6. Experimental: a medida que aumenta la edad y la experiencia, el autoconcepto va diferenciándose cada vez más.
  7. Estable: el autoconcepto general es estable. Sin embargo, a medida que se desciende en la jerarquía del autoconcepto, éste va dependiendo cada vez más de situaciones específicas, llegando a ser menos estable.

Para medir el autoconcepto se deben tener en cuenta, inicialmente, cinco dimensiones: académica/laboral, social, familiar, física y emocional. Éstas están contempladas en el instrumento Autoconcepto Forma 5 de Musitu y Orma (2014).

  1. Autoconcepto académico/laboral: esta dimensión se entiende como la actitud que condicionaría las conductas y el rendimiento académico o laboral. Se relaciona con la motivación y el comportamiento de la persona ante el fracaso.
  2. Autoconcepto social: éste se conformaría en base a las interacciones de la persona con los demás, sus experiencias pasadas y actuales dentro del contexto social y/o institucional, y de su ubicación dentro de la cultura y la estructura social.
  3. Autoconcepto familiar: se basa en la apreciación que tiene el individuo sobre las relaciones y su involucración en el medio familiar.
  4. Autoconcepto físico: se considera como la percepción de la apariencia física y sus habilidades. En el desarrollo de esta dimensión la adolescencia juega un papel fundamental.
  5. Autoconcepto emocional: se relaciona con la percepción que la persona tiene de su estado emocional, y de las respuestas que ofrece ante las situaciones de su vida cotidiana. Aquí se incluyen la motivación, el contacto afectivo consigo mismo o el desarrollo de la personalidad.

Autoestima y autoconcepto: aprendiendo a querernos más - Siquia Psicólogos  Online

El autoconcepto iría ligado a la autoestima. Ésta ultima se centra en la parte más emocional y subjetiva, y en ella entran los juicios sobre uno mismo. Sin embargo, el autoconcepto es la información más objetiva sobre como nos vemos, aunque esto no significa que esa percepción sea igual a la que los demás tienen.

La autoestima sería, por tanto, la valoración que la persona realiza de su autoconcepto, es decir, de aquello que conoce de sí mismo. Cuando hablamos de autoconcepto no sería adecuado evaluarlo como “alto/bajo” o “adecuado/inadecuado”, ya que se refiere al conocimiento que el sujeto posee de sí mismo, por lo que sería preferible hablar del grado o nivel de conciencia respecto a sus vivencias.

Para asegurar el adecuado desarrollo del autoconcepto, es importante trabajar en el desde edades tempranas, asegurando un buen ajuste psicosocial y psicopedagógico y evitando futuros problemas.