Sentimiento de culpabilidad

¿Qué es la culpa?

La culpabilidad es una emoción centrada en el pasado, ya que se trata de una respuesta ante una valoración negativa de nuestros comportamientos, pensamientos o sentimientos. De manera que, al mostrar este sentimiento de culpa se está demostrando que lo que piensa la otra persona es importante para uno mismo.

¿Cuál es el origen de la culpa?

Existen dos orígenes de la culpa:

– Culpa residual:

Se aprende durante la infancia al interactuar con los adultos, especialmente aquellos que son una figura de autoridad (padres, profesores. etc.). Lo que ocurre es que los adultos realizan comentarios desafortunados acerca de comportamientos, pensamientos o sentimientos que llevamos a cabo durante la infancia. Como por ejemplo, “Lo que has hecho no está bien, deberías avergonzarte” o “¿Cómo me puedes hacer esto a mi que soy tu madre?”. Estas son formas de manipulación que generan culpabilidad. El problema se agrava cuando este mecanismo generador de culpa sigue activo en la adultez. Por ejemplo, al recibir comentarios negativos por parte de familiares, amigos, parejas, etc.

 

– Culpa autoimpuesta:

En este caso el sentimiento de culpa se debe al incumplimiento de normas adultas o un código moral adulto. Por lo que es una culpabilidad impuesta para uno mismo.

 

Ninguno de estos tipos de culpa tienen una función adaptativa por lo que es recomendable:

– Ante este sentimiento evitar realizar esta misma conducta en un futuro.

– Aprender que la conducta generadora de culpa, en algunos casos, no es tan negativa como para sentirse mal por haberla realizado. Por ejemplo, a veces realizamos actividades placenteras qué no perjudican a nuestros valores ni a ninguna persona, por lo que sería interesante aprender a disfrutar del placer sin sentirse culpable.

 

¿Por qué mantenemos este sentimiento de culpa?

– La culpa es una técnica de evasión, ya que te sientes mal por algo que has hecho pero no haces nada para cambiarlo. De esta manera vives en el pasado y no te tienes que esforzar en mejorar en el presente.

– Existe una tendencia a creer que si te sientes lo suficientemente culpable serás perdonado por lo que has hecho mal. Aunque se ha visto que eso no es así, un claro ejemplo son los exconvictos que después de haber sido sometidos a un castigo de culpabilidad mediante el encarcelamiento son reincidentes.

– La persona se siente protegida del peligro de hacerse cargo de su propia vida, ya que ésta se rige en función de los valores de los demás.

– La culpa permite dar la responsabilidad de tu comportamiento a los demás.

– La culpa permite ganarse la aprobación de otras personas solo por el hecho de sentirse mal al realizar un comportamiento “inadecuado”

– La culpa es un generador de pena, puesto que permite ganarse la compasión de la gente.

¿Cómo podemos afrontar el sentimiento de culpa?

– Aprender a pedir disculpas cuando se hace algo mal, sin excusas ni justificaciones innecesarias.

– Tener en cuenta todos los factores internos y externos que influyen en la situación, incluso la propia responsabilidad.

– Trabajar la autocompasión, aceptando los errores propios como algo que forma parte de la vida.

– No quedarse estancado en el pasado, hay que seguir adelante.

– Ser consciente de que hay aspectos que escapan de tus manos, de esta manera se relativiza la culpa.

– Si piensas que has hecho algo mal puedes aprovechar la ocasión para cambiar tu comportamiento en un futuro.

 

Espero que esta información te haya sido útil. Nos vemos en con una nueva entrada el mes que viene!

 

Ruth Barreda.

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